Allí estaba el puro lenguaje del mundo, sin explicaciones, porque el universo no necesitaba explicaciones para continuar su camino en el espacio sin fin. Todo lo que el muchacho entendía en aquel momento es que estaba delante de la mujer de su vida y sin ninguna necesidad de palabras, ella debía saberlo también. Estaba más seguro de esto que de cualquier cosa en el mundo, aunque sus padres y los padres de sus padres dijeran que era necesario salir, simpatizar, prometerse, conocer bien a la persona y tener dinero antes de casarse. Los que decían esto quizás jamás hubiesen conocido el lenguaje universal, porque cuando nos sumergimos en él, es fácil entender que siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, sea en el medio del desierto, sea en el medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierde completamente su importancia y sólo existe aquel momento y aquella certeza increíble de que todas las cosas debajo del Sol fueron escritas por la misma mano. La mano que despierta al amor y que hizo un alma gemela para cada persona que trabaja, descansa y busca tesoros debajo del Sol. Por que sin esto no habría ningún sentido para los sueños de la raza humana."
Paulo Coelho
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